La independencia de México
Las nuevas ideas de la ilustración, plasmadas en la Revolución francesa y la independencia de los Estados Unidos, habían germinado en las colonias americanas.
En 1808, se había producido la invasión napoleónica a España, y entonces, 1810, se presentaba como el año adecuado para que surjan en las colonias dependientes de España el deseo de independencia de una madre patria cuyo gobierno estaba ahora en manos del francés José Bonaparte. Esta posibilidad de emancipación se concretó en primer término en los virreinatos de Nueva España (México) y del Río de la Plata.
El virreinato de Nueva España era sumamente próspero, por sus riquezas agrícolas y mineras, con abundancia de nativos que representaban mano de obra barata y sometida. Esta población indígena, representaba alrededor de 3.000.000 de personas, la mitad de la población total, que unidos a los mestizos (nacidos de uniones entre blancos e indias), eran una fuerza importante, que pretendía reivindicar sus derechos derrocando a un gobierno que no los protegía.
Los criollos, o sea, los hijos de españoles nacidos en América habían adquirido gran importancia en el desarrollo de las principales actividades económicas, pero encontraban limitaciones en su pleno desarrollo ciudadano por el monopolio comercial impuesto desde la metrópoli (España) y la imposibilidad de ejercer cargos políticos que sólo eran ocupados por españoles, a los que llamaban gachupines.
Con el rey español preso de los franceses, las colonias americanas decidieron formar para gobernarse, sintiéndose acéfalas, Juntas, al igual que se había hecho en España, que gobernaría en nombre del rey cautivo. Ya el Ayuntamiento de México había intentado constituir este sistema de Juntas, que si bien no proponían una separación definitiva de España, querían lograr que la soberanía recayera en la nación, apelando a la idea del Contrato Social, pero recibieron el rechazo de la Real Audiencia y otros partidarios del gobierno español. El virrey fue destituido y reemplazado por Pedro de Garibay, que respondía a los intereses de la metrópoli.
Los primeros en alzarse contra la autoridad española fueron los aborígenes, liderados por Miguel Hidalgo, cura de la ciudad de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, conocido como “El grito de Dolores”, usando como bandera la imagen de la virgen de Guadalupe.
El 20 de septiembre de 1810, obtuvieron un triunfo en Celaya, tras lo cual saquearon la ciudad, siendo proclamado Hidalgo, Generalísimo de América. Ocuparon Guanajuato y luego Valladolid, Toluca y llegaron a Sierra de las Cruces pero no entraron en la ciudad de México y al no conseguirlo se establecieron en Guadalajara, donde dictaron varios decretos que beneficiaban a los más necesitados, como la abolición de la esclavitud, de los tributos y el reparto de tierras entre los más cadenciados. La insurrección de Hidalgo, se extendió por otras ciudades y logró varios triunfos, pero cerca de Monclova, cayeron en manos de Ignacio Elizondo, y muchos rebeldes fueron fusilados entre ellos Hidalgo el 30 de julio. El Grito de Dolores sirvió como antecedente a la emancipación mexicana.
Las tropas rebeldes quedaron a cargo de López Rayón, quien se dirigió con sus hombres a la villa de Zitácuaro, donde se constituyó la Suprema Junta Nacional Americana, que gobernaría en nombre de Fernando VII.
El sacerdote José María Morelos, quien lideraba a los rebeldes ubicados en la Sierra Madre del Sur, prestó apoyo a la Junta, aunque era partidario de una total separación de España. La Junta fue disuelta en 1813 por disputas en torno al mando. Morelos armó sus fuerzas con la totalidad de los opositores al gobierno español. Por un lado, agrupó a indígenas y mestizos, y por otro, los criollos organizados en tropas regulares.
Logró tomar gran parte del territorio mexicano, y convocó a un Congreso en Chipalcingo, que declaró la independencia en 1813. En 1814, sancionaron una constitución, que al poco tiempo fue derogada, al avanzar las tropas realistas, quienes derrotaron a Morelos en 1815, al mando de Iturbe, un general criollo, transformándose la lucha por la liberación de México en una lucha de guerrillas, que fueron fácilmente reprimidas, quedando en 1820, radicados sólo en las zonas de Sierra Madre del Sur y Veracruz, liderados por Vicente Guerrero.
La independencia de México fue definitivamente lograda, el 21 de septiembre de 1821, tras derrotar a los españoles con las fuerzas constituidas por los partidarios de las ideas más moderadas, el alto clero y criollos ilustrados bajo el mando de Agustín Iturbide, quien firmó una alianza con Guerrero, uniendo sus tropas. En febrero de 1821, había proclamado el “Plan de Iguala” o “de las Tres Garantías”, que establecían que el ejército se consagraría como el brazo armado del gobierno, que estaría a cargo de un monarca español, reconocían al catolicismo como religión oficial y proclamaban la igualdad entre españoles y mexicanos.
La primera forma de gobierno de este nuevo estado fue una Junta de 38 miembros cuyo presidente era Agustín de Iturbide.
Sin embargo los poderes locales, de quienes dependía el gobierno, por no tener recursos económicos ni militares propios, no aceptaron esta Junta que pretendía imponer un gobierno centralizado.
Iturbide trató de obtener el apoyo de España, y para ello pactó con don Juan O´Donojú, teniente general español que había arribado a México, para conciliar los intereses de ambas Españas (la metrópoli y Nueva España o México) el Tratado de Córdoba, el 24 de agosto de 1821, para lograr el reconocimiento de España al nuevo estado. La idea era desatar, pero sin romper, los vínculos entre ambos territorios. De tal modo, se resolvió reconocer a México como nación soberana e independiente, llamándose Imperio Mexicano, adoptando como forma de gobierno la monarquía constitucional moderada.
En 1822, Iturbide recibió el título de emperador, asumiendo como Agustín I, logrando que dicho nombramiento fuera ratificado por el Congreso, organismo que fue disuelto. El nuevo emperador, abdicó en 1823, luego del alzamiento encabezado por el general Antonio López de Santa Ana. México pasó a ser una República federal.
Recién el 28 de abril de 1836, España reconoció oficialmente a México como estado independiente.
es admirable la valentia de estos personajes que hicieron historia en nuestro pais
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